Hay pocas cosas más tiernas que un par de bebés jugando juntos. O un bebé jugando con un perro, dicho sea de paso. Pero, ¿cuándo comienzan los niños pequeños a hacer amigos? Le preguntamos a Pamela Segel, especialista en desarrollo de Abrazos Family Support Services de Nuevo México, para que nos guíe a través de ciertas habilidades clave que los niños desarrollan mientras encuentran su primer mejor amigo(a) y cómo las familias pueden apoyarlos.

Para comenzar, nuestros tres principales consejos:

1.   Modela destrezas de amistad en tu propia relación con tu hijo(a). Comportamientos como compartir, turnarse o preocuparse por alguien que parece triste son hábitos que tu hijo puede comenzar a desarrollar en casa y que eventualmente se traducirán al patio de recreo.

2.  No fuerces a los niños a tener interacciones sociales que los hagan sentir incómodos o para los cuales no parecen estar listos. Si tienen una mala experiencia socializando con sus compañeros, es posible que no quieran hacerlo nuevamente. Permite que se queden atrás y se unan a su propio ritmo.

3.   Si tienes alguna preocupación o presentimiento sobre el desarrollo social o emocional de tu hijo(a) en sus primeros tres años de vida, con el programa FIT pueden obtener una evaluación gratuita. Con esta evaluación pueden verificar retrasos en el desarrollo y recibirán servicios gratuitos si llegan a encontrar algún retraso. Siempre es mejor saber que seguir dudando, y recibir servicios temprano es más efectivo que recibirlos más tarde.

Fundamentos el hogar
El camino hacia la amistad en la temprana infancia comienza con las primeras relaciones de un bebé en casa. Según Pamela, incluso antes de tener experiencias con sus compañeros, los niños  están aprendiendo de sus cuidadores primarios sobre cómo relacionarse con otros humanos. Las relaciones cálidas y receptivas con los miembros de la familia le enseñan a los niños que las interacciones sociales son seguras y que alguien estará allí para consolarlos si algo inesperado sucede. Puedes cultivar esto mediante interacciones de ida y vuelta, lo cual significa tener "conversaciones" con los bebés incluso antes de que puedan formar palabras. Reir, acariciar y consolar a los bebés cuando están molestos es parte de construir esa base sólida para sus futuras amistades.

Solos pero acompañados
En general, los bebés y los niños pequeños no juegan completamente juntos, ¡así que no te preocupes! Si colocas a dos bebés de 8 meses uno al lado del otro para una "cita de juego de bebés", Pamela dice que harán sus propias actividades más que nada (es decir, meterse cosas a la boca). A esta edad, el juego puede consistir en recoger objetos, lanzarlos para ver qué sucede o incluso pasarse juguetes de uno al otro. Dependiendo de cuánto tiempo hayan pasado los niños con otros niños pequeños, pueden ser cautelosos o quedarse con sus adultos de confianza. ¡Eso está bien! Están aprendiendo que es seguro conocer gente nueva y que un adulto estará allí para protegerlos si se ponen nerviosos.

Juego paralelo
Los niños pequeños generalmente participan en lo que los expertos en la primera infancia llaman juego paralelo. "El juego paralelo es cuando nos sentamos juntos... yo juego con mi propios juguetes aquí, pero te dejo entrar en mi espacio", dijo Pamela. Alrededor de los dos años y medio, se espera que los niños desarrollen uno de sus hitos sociales, que es jugar al lado de otros niños, y a veces con ellos. Los niños que alcanzan este hito generalmente pueden tolerar el ruido y el movimiento de otros niños a su alrededor sin ponerse nerviosos o retirarse de la situación. La etapa de niños pequeños es también cuando compartir se vuelve difícil y todo se convierte en "¡mío!" (incluso ese trozo de papel arrugado que no era interesante hasta que alguien más lo tocó). Si organizas una cita de juego para niños pequeños en tu casa, considera guardar los juguetes favoritos que serán difíciles de compartir y sacar juguetes más fáciles de compartir, como bloques.

Amigos de por vida
Cuando los niños tienen alrededor de cuatro años, comenzarán a jugar juntos de manera más compleja y cooperativa. Los niños de cuatro años son capaces de jugar tomando roles distintos (como jugar a las casas), y algunos niños pueden liderar el juego mientras otros siguen. Cuando surgen conflictos en los juegos, los niños a esta edad pueden ser capaces de resolverlos por sí mismos. Sin embargo, es importante que los adultos cercanos noten si un niño(a) se está alejando o poniéndose nervioso, para que puedan ayudarle a sentirse emocionalmente seguro en la situación. Pamela dijo que los niños pequeños experimentan nerviosismo social al igual que los adultos, y suelen escanear su entorno de la misma manera en que un adulto escanea una fiesta o reunión social en busca de una cara conocida. Recibir consuelo de un adulto cariñoso ayuda a que los niños se relajen en la fiesta o la cita de juego.

Los efectos del COVID
La pandemia del COVID-19 llevó a que muchos niños pequeños tuvieran menos oportunidades para socializar de lo que podrían haber tenido de otra manera. Todavía hay mucho que no sabemos sobre lo que esto significa para los niños, pero Pamela dice que los especialistas como ella están viendo más retrasos en el desarrollo de lo que solían ver anteriormente. ¿La buena noticia? Los niños son muy ágiles para recuperarse, especialmente si les damos bastantes oportunidades para practicar sus habilidades. Si es factible para tu familia, considera inscribir a los niños en un centro de cuidado infantil de alta calidad (¡es un servicio gratuito o casi gratuito para más familias que nunca!) o en el programa PreK de Nuevo México si tienen tres o cuatro años a comienzos de septiembre. O si un entorno formal no es adecuado para ellos, los niños también pueden desarrollar sus habilidades sociales en parques, bibliotecas y reuniones familiares con los primos.

Tener en cuenta
Todos los niños se desarrollan a su propio ritmo y tienen personalidades distintas. Sin embargo, Pamela también describió algunas posibles señales de que un niño(a) podría necesitar un poco de apoyo social adicional. Preferir jugar solitariamente la mayor parte del tiempo puede ser una señal, pero no siempre lo es. Según Pamela, es importante notar si un niño(a) va por su cuenta en todos los entornos o solo a veces. Si demuestra timidez en el parque pero es hablador y social en las reuniones familiares, puede que sea cauteloso con personas nuevas solamente. Pero si suele jugar constantemente lejos de otros niños o con el mismo conjunto predecible de juguetes, sería recomendable obtener una evaluación para recibir servicios FIT. FIT también puede ayudar si las interacciones de su niño(a) con otros llevan regularmente a comportamientos agresivos como golpear o gritar. Si no estás seguro, una evaluación gratuita puede brindar tranquilidad, además de un equipo de expertos para ayudarte si la evaluación identifica una necesidad.