¿Juega conmigo, habla conmigo y dame tareas del hogar?
La Dra. María Elena C. Salazar es profesora de la Universidad de Nuevo México y experta en desarrollo infantil temprano. Es la mamá de tres adolescentes que regularmente lavan los platos, y puede compartir algunos consejos.
Quehaceres para su bebé
De acuerdo con la Dra. Salazar, nunca es demasiado pronto para empezar a imaginar las tareas que harán los hijos. Incluso en la infancia, es muy útil tener a su bebé con usted (en un portabebés o cerca suyo) mientras hace cosas en la casa. ¿Se convertirá en un(a) prodigio de las tareas domésticas que arranca malas hierbas antes de que sepa caminar? No. Pero los niños siempre aprenden, y experiencias como éstas les enseñan las rutinas de su hogar.
Tareas para su niño(a) pequeño(a)
A medida que su bebé se convierta en un(a) niño(a) pequeño(a), va a querer ayudarle. En todas las culturas del mundo, los niños suelen estar emocionados por ayudar, a partir de los 18 meses aproximadamente. ¿Su "ayuda" es muy útil? Al principio no. De hecho, es probable que la tarea le lleve más tiempo y sea más desordenada. Pero la paternidad es un juego prolongado. Si nunca se acepta la "ayuda" de su hijo(a), acabará por perder el interés en ayudarle, lo que dificultará que empiece a realizar las tareas cuando sea mayor. Y claro, ahora hay que volver a doblar en secreto toda la ropa que su hijo(a) de dos años "dobló". Pero si siguen practicando, un día tendrás un(a) niño(a) de seis años que dobla su propia ropa, y podrá dar las gracias a su yo del pasado por haber sido una madre de primera.
Cuando su hijo(a) pueda caminar, podrá ayudarle a tirar cosas o a ordenar su habitación. ¡Puedes invitarle a que limpie las superficies que tenga a su alcance, como los rodapiés que desde hace tiempo quiere limpiar! Y algunos expertos dicen que esos niños de dos y tres años ya pueden vestirse solos con un poco de ayuda.
Tareas para su niño(a) en edad preescolar
A la edad de tres, cuatro y cinco años, los niños han desarrollado habilidades motrices para realizar tareas como apilar pequeños trozos de leña o guardar las compras en anaqueles bajos. Pídale que saque tres tomates del refrigerador, y así estará desarrollando las habilidades numéricas.
Y hablando de tomates, la Dra. Salazar dice que cocinar es una tarea especialmente buena para considerarla como tiempo de calidad. Cuando las tareas del hogar se convierten en una oportunidad para enseñar y hablar con su hijo(a), puede sentir menos presión para terminarlas rápido. Así que mientras prepara la próxima tanda de tacos, su hijo(a) de tres años puede estar rompiendo la lechuga. Cuando alguien le felicite después por sus deliciosos tacos, podrá reconocer la contribución de su ayudante de cocina.
Los beneficios de hacer las tareas domésticas, más allá de la ayuda
Las tareas del hogar pueden desarrollar todo tipo de habilidades esenciales, e incluso pueden hacer que los niños sean más felices y mejoren su autoestima. La Dra. Salazar dice que las habilidades lingüísticas de los niños aumentan cuando escuchan las instrucciones y (a veces) al seguirlas.
Dar reconocimiento al esfuerzo de su niño(a) le ayuda a sentirse apreciado(a), pero la Dra. Salazar dice que no hay que exagerar con los elogios o las recompensas por la ayuda en el hogar. Muchos expertos afirman que es mejor no vincular la paga o las recompensas a las tareas domésticas porque puede transmitir a los niños el mensaje de que merecen ser recompensados o pagados cada vez que ayudan en la casa. En cambio, intente fomentar una cultura en la que los niños ayuden porque eso es lo que hace la gente en las familias. (Si está dentro de su presupuesto, considere la posibilidad de dar a los hijos más grandes una mesada para que puedan practicar la administración del dinero, pero sin vincularla específicamente a las tareas del hogar).
Una forma de incorporar recompensas "naturales" para los niños mayores es programar a veces las tareas antes de realizar una actividad que les guste. Esto hace que los niños tengan algo que esperar, sin enseñarles a esperar un premio o un pago cada vez que ayudan. "Doy quehaceres antes de que vayamos a hacer algo divertido", dijo la Dra. Salazar. "Algo así como: de acuerdo, no podemos ir al cine hasta que los platos estén limpios" Según ella, este enfoque puede ayudar a motivar a los niños de forma saludable.
"Creo que acostumbramos a subestimar la capacidad de los niños", dijo la Dra. Salazar, y añadió que un niño de ocho años puede cocinar una comida entera con supervisión, si se le da la oportunidad de aprender las habilidades. Los niños de ocho años también pueden lavar la ropa, como lo demuestra este niño. Si les dejamos practicar las tareas del hogar desde pequeños, dijo, van a adquirir las habilidades necesarias para hacerlas bien. Y entonces, su vida puede ser más como esto:
Los beneficios de hacer las tareas domésticas, más allá de la ayuda
Las tareas del hogar pueden desarrollar todo tipo de habilidades esenciales, e incluso pueden hacer que los niños sean más felices y mejoren su autoestima. La Dra. Salazar dice que las habilidades lingüísticas de los niños aumentan cuando escuchan las instrucciones y (a veces) al seguirlas.
Dar reconocimiento al esfuerzo de su niño(a) le ayuda a sentirse apreciado(a), pero la Dra. Salazar dice que no hay que exagerar con los elogios o las recompensas por la ayuda en el hogar. Muchos expertos afirman que es mejor no vincular la paga o las recompensas a las tareas domésticas porque puede transmitir a los niños el mensaje de que merecen ser recompensados o pagados cada vez que ayudan en la casa. En cambio, intente fomentar una cultura en la que los niños ayuden porque eso es lo que hace la gente en las familias. (Si está dentro de su presupuesto, considere la posibilidad de dar a los hijos más grandes una mesada para que puedan practicar la administración del dinero, pero sin vincularla específicamente a las tareas del hogar).
Una forma de incorporar recompensas "naturales" para los niños mayores es programar a veces las tareas antes de realizar una actividad que les guste. Esto hace que los niños tengan algo que esperar, sin enseñarles a esperar un premio o un pago cada vez que ayudan. "Doy quehaceres antes de que vayamos a hacer algo divertido", dijo la Dra. Salazar. "Algo así como: de acuerdo, no podemos ir al cine hasta que los platos estén limpios" Según ella, este enfoque puede ayudar a motivar a los niños de forma saludable.
"Creo que acostumbramos a subestimar la capacidad de los niños", dijo la Dra. Salazar, y añadió que un niño de ocho años puede cocinar una comida entera con supervisión, si se le da la oportunidad de aprender las habilidades. Los niños de ocho años también pueden lavar la ropa, como lo demuestra este niño. Si les dejamos practicar las tareas del hogar desde pequeños, dijo, van a adquirir las habilidades necesarias para hacerlas bien. Y entonces, su vida puede ser más como esto:
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