¿Quieres ayudar a tus hijos a aprender? ¡Hay que divertirse!
Si tienes niños pequeños, es probable que estén jugando todo el tiempo. Esto sucede en los momentos alegres (como cuando se untan la nariz con burbujas de jabón al bañarse) y en momentos menos prácticos, como cuando el peluche de tu hijo(a) de repente necesita un bocadillo imaginario justo a la hora de dormir. No te podemos ayudar con el bocadillo imaginario, pero la buena noticia es que todos estos juegos son excelentes para el desarrollo cerebral de tu hijo(a). Hay una gran cantidad de estudios sobre el aprendizaje a través del juego; estudios realizados por personas serias con doctorados para contestar preguntas como, ¿los bebés aprenden más cuando sucede algo sorprendente? (¡Es cierto!)
Toda esta seria investigación sobre el juego nos permite saber cuál es la mejor manera para que los niños pequeños puedan aprender, y cómo los diferentes tipos de juego pueden ayudarles a desarrollar distintos tipos de habilidades. Los investigadores incluso han estudiado las diferencias entre el juego libre (imagina a tu niño pequeño, veinte minutos en una batalla simulada con su propia sombra) y el juego guiado, donde los adultos los acompañan mientras juegan para guiarlos y añadir elementos de aprendizaje.
Ambos tipos de juego son buenos para los bebés y niños pequeños, y ellos aprenden diferentes cosas de cada tipo diferente. Y (esta es una excelente noticia) nada de esto tiene que ser difícil. Los estudios muestran que los proveedores de cuidado infantil no tienen que preparar un área elaborada repleta de juguetes supuestamente educativos (los juguetes más sencillos y de uso indefinido como los bloques pueden ser suficientes). En cambio, los cuidadores pueden aprovechar los momentos cotidianos que comparten con sus hijos e incorporar un poco de aprendizaje en esos momentos.
Así que, si estás listo(a) para tomarte el juego en serio, aquí tienes algunas estrategias útiles (¡respaldadas por la ciencia!).
Juego libre
El juego libre es cuando te retiras y dejas que tu niño(a) juegue a solas. Tómate un descanso. Cómete algo. Haz el Wordle. Descansa tranquilo sabiendo que darle tiempo a tu hijo(a) para jugar (siempre atento a su seguridad) le ayuda a desarrollar habilidades importantes para la vida, como mantener el enfoque, resolver problemas y pensar de manera flexible. ¡Bien hecho! Mientras tú estás descansando, tu hijo(a) se está convirtiéndo en un miembro adaptado a la sociedad. Resiste la tentación de sobrecargarlo(a) con actividades o restringir su tiempo de juego. Estás haciendo un buen trabajo.
Juego guiado
Aquí es donde entras tú. El juego guiado es el punto ideal donde los niños pequeños aprenden habilidades e información particular. Es la zona donde más aprenden. El juego guiado significa que el niño sigue liderando el juego, mientras que su cuidador lo complementa con sugerencias para impulsar la curiosidad ("Me pregunto qué pasaría si añadimos agua"), preguntas abiertas ("¿Por qué crees que la tierra se puso tan pegajosa?") y un poco de alegría juguetona ("¿Cómo te llenaste de barro la nariz?"). El juego guiado también puede llevarse a cabo mientras hacen tareas rutinarias como cocinar, limpiar o ir de compras, y solo necesita un momento. Aquí puedes encontrar algunas excelentes recomendaciones para el juego guiado utilizando “everyday JUNK" (u “objetos ordinarios").
Juegos
A medida que los niños van creciendo, puedes introducir juegos más estructurados con turnos y reglas. Los juegos pueden, intrínsecamente, ofrecer oportunidades para guiar y compartir momentos valiosos. Además, los juegos de alta calidad pueden ayudar a los niños a aprender palabras, conceptos numéricos e importantes habilidades sociales, como saber cómo enfrentar la decepción de perder (¡permiteles perder!). Asegúrate de elegir juegos adecuados para la edad y el nivel de habilidad de tu hijo(a).
Enseñanza directa
Aunque técnicamente esto no es aprender jugando, es importante reconocer que no todas las habilidades se pueden enseñar a través del juego. ¡Muchas sí! Pero para un niño que está aprendiendo a atarse los zapatos o doblar una camisa, a veces es mejor que le expliques los pasos y se lo demuestres, en vez de hacerle un montón de preguntas abiertas. Sin embargo, considera con qué frecuencia estás usando la enseñanza directa y si la estás utilizando para cosas que podrías enseñar mejor a través de un juego guiado.
Encuentra la alegría
¡Lo más importante es que tú también te diviertas! Tu hijo(a) puede darse cuenta si te estás divirtiendo o no, y se beneficiará más del juego si te ves entusiasmado. Eso significa no ser demasiado exigente contigo mismo y no forzar juegos o interacciones que no disfrutes. Tampoco es necesario participar en juegos guiados en cada oportunidad si estás cansado o has tenido un día difícil. Más bien, ¡encuentra cosas que a ambos les gusten! Por ejemplo, puedes enseñarle tu música o deporte favorito, pintar miniaturas de Warhammer o cocinar una receta familiar. Compartir tus pasatiempos e intereses con tu hijo(a) crea una base para pasar tiempo de calidad juntos, lo cual dará frutos más adelante, cuando necesites un compañero dispuesto a jugar pickleball.
Para enterarte de más oportunidades en las que tu pequeño puede aprender jugando, consulta nuestro blog de New Mexico PreK.