Convertirse en padre por primera vez es emocionante, dichoso, y a veces un poco aterrador. Desde poner pañales hasta calentar la leche, hasta aquellas perillas nasales para la nariz del bebé, es normal sentir que necesita un manual de instrucciones para el miembro más reciente de su familia.

La nueva paternidad puede ser especialmente abrumadora para padres que no tienen mucha experiencia cuidando a hermanos menores u otros niños en el pasado. Muchas mamás se sienten así, y puede ser común especialmente para los papás.

“Muchas veces, un hombre nunca le había cambiado los pañales a un bebé hasta que se los cambió al suyo”, dijo Johnny Wilson. Johnny es el director ejecutivo de Fathers New Mexico, el cual conecta a los papás a apoyos y aboga por sistemas amigables para ellos. Dijo que los papás son más propensos a sentirse inseguros sobre qué hacer, sobre todo al principio.

“Por lo general, se sienten mucho más inseguros sobre si van a ser buenos padres y capaces de saber qué hacer que las mamás. Es común que no hayan obtenido trabajos para cuidar niños cuando tenían 13 años, las tías no les daban bebés para que los cuidaran… Entonces, hay un vacío en experiencia y comodidad. ¿Pueden avanzar y cubrir las necesidades de un niño? Sí”.

Nuevo México ofrece programas para ayudar, como visitas a domicilio para las familias que tienen o están esperando un nuevo bebé. Los visitantes a domicilio son profesionales capacitados que lo visitan en su hogar (o se conectan por videollamada, dependiendo de las condiciones por la COVID-19) para responder sus preguntas y brindar apoyo que esté adaptado a sus necesidades y a su familia.

Johnny dijo que las visitas a domicilio serían de gran ayuda para muchos de los papás con los que trabaja, pero no siempre quieren pedir ayuda. El mensaje que tiene para ellos es que no tienen que hacerlo solos.

“Usted puede hacerlo, y puede hacerlo de maravilla”, dijo Johnny. “Y parte de eso es recibir ayuda. Todos lo hacemos, todos recibimos ayuda. Y si hay algo con lo que tenga alguna duda sobre su hijo, es mucho menos estresante recibir una respuesta, o un conjunto de respuestas que lo ayuden a guiarlo a su propia respuesta, que decir ‘Simplemente no sé’”.

Zack Ben lo sabe de primera mano. Su hijo nació en la primavera pasada, y Zack se inscribió en las visitas a domicilio, convirtiéndose en el único padre que se inscribió en ese entonces en el programa First Born del noroeste de Nuevo México. Zack sabía mucho sobre el programa (Mary, su esposa, es la directora ejecutiva) pero él tenía mucho por aprender sobre convertirse en papá.

Zack es navajo, y su esposa y él decidieron tener un parto en casa tradicional en un hogan navajo. Un hogan es una construcción octogonal, y con frecuencia se usa para ceremonias navajo. Zack conoció las ceremonias y prácticas de parto de un curandero, así como construir conocimiento sobre desarrollo infantil con su visitante a domicilio. Cada uno le brindó sabiduría sobre convertirse en papá.

Una de las maneras en las que Zack se preparó para la paternidad fue mediante la creación de una cuna tablero. En la cultura navajo, las cunas tablero tradicionalmente las construyen el papá de un nuevo bebé como preparativo para el nacimiento. Estos tableros están llenos de simbolismo, dijo Zack, con dos tableros en la parte trasera que representan al Padre Cielo y a la Madre Tierra, y correas hechas de cuero de venado.

“Dijeron que el pueblo diné son las personas que están entre el Padre Cielo y la Madre Tierra”, dijo Zack. “Entonces, cuando mira a su hijo en esa cuna tablero, es el ser que está entre esos dos elementos, protegido por esos elementos”.

Las visitas a domicilio aportan diferentes tipos de conocimiento: sobre extractores de leche, pañales, toallitas húmedas, y sobre el crecimiento de su hijo antes y después de que nazca. Durante su embarazo, el visitante a domicilio de Zack compartió información sobre el tamaño y desarrollo del feto en cada etapa. “Lo estaba visualizando y miraría a mi esposa diciendo: ‘Oh, está dentro de ti ahora. Oh, Dios’”, dijo Zack.

Después de que nació su hijo, su visitante a domicilio ayudó con información sobre su crecimiento y desarrollo. “Nuestro bebé era algo pequeño, pero sabe, cuando empezó con la leche simplemente creció y creció muy rápido, y está en el percentil 90 y le está yendo realmente bien”, dijo Zack.

Conocer sobre los percentiles de crecimiento y desarrollo infantil dio a Zack la confianza para llevar a su hijo a su revisión de los seis meses, solo ellos dos. Dijo que conocía el “idioma” que usarían los medicos, gracias a su visitante a domicilio.

“Se me inculcó esa confianza y fue así: sí, soy papá y conozco estas cosas, y puedo abogar si lo necesito por mí o por mi hijo”, dijo Zack. “Se sintió bien entrar ahí y ser ese papá, y no ser el papá esperando en el automóvil”.