Updated October 25, 2022
¿Qué hacer con los berrinches?
A veces se puede presentir que se aproxima, como una tormenta que se avecina. Usted y su hijo pequeño pasaron una tarde divertida, pero ahora él está acalorado y cansado. Usted también está acalorada y cansada. Con resignación, calienta las sobras (¡cosas que le gustan!), le sirve un poco de leche y se deja caer en la silla. Entonces, se da cuenta de que ha cometido un grave error.
Sirvió la leche en el vaso azul oscuro, pero el niño quería el vaso azul claro.
Ahora, usted insiste vagamente en que la leche ya está servida y que, de todos modos, los dos son azules.
Su hijo empieza a llorar intensamente.
¿Por qué hace esto? ¿Es algún tipo de prueba? ¿Estamos recibiendo un castigado por algo que hicimos en el pasado? Para ayudarnos a entenderlo mejor, hablamos con la Dra. Esther Devall, profesora jubilada de ciencias familiares e infantiles de la Universidad Estatal de Nuevo México. Sabe mucho sobre los berrinches y la actitud desafiante de los niños pequeños, e incluso tiene algunas ideas sobre lo que hay que hacer al respecto.
Un colapso honesto
Entonces, ¿por qué pasa esto? ¿Su hijo pequeño experimenta emociones muy fuertes relacionadas con el color de los vasos? ¿Se convertirá en un diseñador de vajillas? De acuerdo con la Dra. Devall, lo más probable es que no. Para los niños pequeños, cosas como afrontar una decepción o seguir instrucciones requieren energía y concentración. Cuando están cansados, hambrientos o les molesta una etiqueta que les pica el cuello, a veces simplemente... no pueden más. Esto también les pasa a los adultos, como cualquiera que se haya comportado mal cuando tenía hambre entendería.
Cuando esto ocurra, reconforte a su hijo y ayúdele a recuperar la calma. A algunos padres les preocupa que responder a un berrinche con amabilidad pueda recompensar ese comportamiento, pero la Dra. Devall afirma que, generalmente, no es el caso.
"No tratan de ser malos ni tratan de manipular. Únicamente expresan que han llegado al límite de su capacidad al afrontar algo", dijo. "En ese caso, lo que hay que hacer es ofrecer consuelo. No se está reforzando el mal comportamiento. No se sienten bien, y uno les ayuda a sentirse tranquilos de nuevo".
El berrinche para pedir cosas
La Dra. Devall dice que la mayoría de los berrinches son crisis sinceras, sobre todo en los niños más pequeños. No obstante, hay un segundo tipo. A veces, cuando los niños cumplen 3 o 4 años, pueden intentar hacer un berrinche para ver si así consiguen algo que quieren. Hay que seguir manteniendo la calma y ser amables, pero es importante no darles lo que piden con sus berrinches. Si el niño hace un berrinche en el supermercado porque quiere un dulce, es posible que usted sienta la tentación de comprarlo solo para poner fin a los gritos, sobre todo si ve a alguien que le mira fijamente y que, sin duda, no tiene hijos.
"Si tiene que irse, váyase y llévelo de vuelta al coche, pero no ceda", explica la Dra. Devall, y añade que los niños que hacen este tipo de berrinches en realidad intentan manipular, sobre todo cuando son un poco más mayores.
¿Y qué pasa con las miradas de los demás compradores?
"Es duro, porque sientes que todos te miran y te juzgan", dijo. Pero la mayoría no lo hace, especialmente otros padres que simplemente agradecen que su hijo no sea el que está gritando (por ahora). E incluso si le miran de mala manera, la Dra. Devall comentó: "No hay que preocuparse por ello, solo hay que hacer lo que es correcto para nuestros hijos".
Cómo aprender las reglas
A veces, los niños actúan de forma poco agradable porque no saben lo que se espera de ellos. O bien, pueden estar poniendo a prueba la seriedad de las reglas y lo que pasa si no se respetan. Si le da a su hijo "la cuenta de tres" para que siga las instrucciones, un día sentirá curiosidad por saber qué pasa si cuenta hasta tres. ¿Acaso usted sí sabe? ¿Ha sido una farsa todo este tiempo? ¿Cuenta desesperadamente más y más despacio para ganar tiempo?
Puede ayudar a los niños a entender sus expectativas diciéndoles lo que deben hacer, en lugar de lo que no deben hacer. Así que, en lugar de decirles a los niños que no corran, puede decirles que caminen. O en lugar de decirles que dejen de gritar, puede decirles que usen una voz baja.
"Los niños no saben en automático que cuando se les dice 'no grites', eso significa que deben hacer lo contrario. ¿Qué es lo opuesto de gritar? Esto supone un montón de cosas a nivel cognitivo, así que es mejor plantear el comportamiento de manera positiva", explicó la Dra. Devall.
Grandes emociones
Detrás de cada berrinche hay una emoción, y las emociones de los niños pueden ser intensas.
"El hecho de que sean pequeños en tamaño, no significa que sus emociones sean pequeñas", dijo la Dra. Devall.
Nombrar y controlar las emociones es una habilidad importante para la vida, y usted puede ayudar a su hijo enseñándole las palabras para las diferentes emociones que experimenta. ¡Puede empezar a hacer esto desde el nacimiento! Mucho antes de que puedan hablar, los bebés empiezan a entender las emociones a partir de las expresiones faciales y el tono de voz. Además, no debe tener miedo de ir más allá de lo básico, como la alegría y la tristeza. La Dra. Devall afirma que también es bueno que los niños sean capaces de describir emociones más sutiles.
"Hay que usar muchas palabras diferentes. Estás frustrado, estoy molesta, estoy estresada, tengo miedo o estoy preocupada. Hay que enseñarles un vocabulario emocional desde el principio", dijo.
El objetivo no es impedir que los niños experimenten una amplia variedad de emociones. Las emociones, incluso las más desagradables, son una parte importante del ser humano. Pero sí puede ofrecer a su hijo recursos y estrategias para saber qué hacer cuando sus emociones son muy intensas. Algunos niños respiran hondo o se van a una zona tranquila, de ser posible.
Los golpes no ayudan
Los golpes u otros castigos corporales no son buenos para los niños, y tampoco funcionan. Estudios han demostrado que los niños no aprenden bien de los castigos corporales, y les transmiten mensajes conflictivos sobre cómo resolver sus problemas. Esto es especialmente cierto si reciben un castigo por golpear o morder.
"Las investigaciones no respaldan la eficacia de ninguna forma de castigo corporal", afirma la Dra. Devall y añade que, a largo plazo, no hace que los niños se comporten mejor. "Daña la relación con su hijo, y esa es la herramienta más importante que tiene. Su hijo le quiere, su hijo quiere complacerle, por lo que dañar esa relación le quita parte del deseo de querer hacer lo que usted dice y de complacerle".
Cómo se siente
Criar y cuidar a los niños pequeños es un trabajo duro cualquier día. Un día lleno de berrinches es suficiente para que usted haga su propio berrinche. Trate de no hacerlo, pero dese cuenta de que a veces lo hará. La Dra. Devall afirma que mantener la calma es importante a la hora de enseñarle a su hijo lo que debe hacer. Si le grita, será difícil que se calme y deje de hacer el berrinche. La mejor respuesta a un berrinche es conservar la calma, la amabilidad y la coherencia para dar a su hijo el apoyo que necesita para calmarse.
Pero, ¿qué pasa si usted no lo logra?
"Sea tolerante con usted", dijo la Dra. Devall. Cuidar niños es difícil y nadie lo hace a la perfección. Si le grita a su hijo o reacciona de una manera de la que no se enorgullezca, perdónese rápidamente y siga adelante. Probablemente tendrá otra oportunidad dentro de una hora para responder con calma y firmeza cuando su hijo empiece a llorar porque le dio una manzana magullada.
Perdonarse uno mismo rápidamente es importante, ya que es difícil dar lo mejor en el siguiente berrinche si todavía está pensando en cómo manejó el último. Y mientras se perdona usted, también está bien disculparse con su hijo. Si perdió el control de sus emociones intensas, puede ser un momento que le sirva para enseñar. Dígale que lamenta haber gritado y hable de cómo se siente. Aprender a manejar nuestras emociones es un proceso de por vida y está bien ser honestos al respecto.
Si el comportamiento de su hijo le resulta abrumador, no tiene que afrontarlo en solitario. Nuevo México ofrece visitas domiciliarias gratuitas a las familias con bebés y niños pequeños, lo que implica que un experto capacitado irá a su casa y le brindará información y apoyo. ¿Los expertos harán que su hijo deje de hacer cosas frustrantes? No. Definitivamente no. Pero son profesionales con muchos buenos consejos y trucos, no juzgan en absoluto y nunca, jamás, le gritarán por servir la leche en el vaso del color equivocado.
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